Imagínate que, cuando te pique el siguiente mosquito durante tus vacaciones de verano, te provoca anemia severa, confusiones, crisis mentales, el coma y la muerte. Si consigues sobrevivir, sufrirás deficiencias de aprendizaje o daños cerebrales irreversibles.
Pues es lo que le pasa a un niño cada 30 segundos en África y a una persona cada 10 segundos en el mundo.
Se llama malaria. Y es así.
Pero la malaria no es una maldición bíblica, ni tampoco es inevitable. Aunque no se dispone de una vacuna definitiva, sí que existen medidas eficaces y de bajo coste para su prevención, tratamiento y control. El tratamiento médico infantil cuesta sólo 1 € y en el caso de los adultos 2 €. Una mosquitera tratada con insecticida de larga duración cuesta unos 7 €, y un test de diagnóstico rápido, unos 5 €. Por lo tanto, la solución a corto plazo pasa por invertir masivamente en educación sanitaria básica, distribución de mosquiteras tratadas con insecticidas, tratamiento de las mujeres en período de gestación, diagnóstico precoz y acceso a tratamiento médico.
Faltan sólo siete años para 2015 y mucha gente se pregunta si se podrán lograr los "
Objetivos de desarrollo del milenio", establecidos el 1990 por el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi A. Annan. Este gran reto establece hitos ambiciosos y precisos en 8 ámbitos clave para el desarrollo:
- La erradicación de la pobreza extrema y el hambre
- Lograr la enseñanza primaria universal
- Promover la igualdad entre géneros y la autonomía de la mujer
- Reducir la mortalidad infantil
- Mejorar la salud materna
- Combatir el VIH/SIDA, el paludismo o malaria y otras enfermedades
- Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
- Fomentar una asociación mundial para el desarrollo
Ánimo a los que están trabajando para conseguirlo.
Información extraída del artículo "El derecho de los pobres a la salud" de Daniel Ortiz para la revista "Món empresarial".